¿Tener un blog? ¿Y por qué, si no soy blogger? ¿Me hace falta, si ya tengo mi propia web de empresa? La respuesta es sí. Un blog es, hoy en día, una estrategia de marketing de contenidos perfecta.
Según una encuesta realizada por la empresa Hubspot, las pymes que usan un blog reciben un 55% más de tráfico hacia su web que aquellas que no lo usan. Y es que, a pesar de que la empresa tenga un sitio web oficial, un blog es un recurso fundamental para lograr una presencia destacada en tu sector, a la vez que mejora el contacto directo y la conversación con los clientes. Y, además, sirve de vía para que los clientes potenciales nos encuentren.
Bien, ahora ya sabes que tener un blog es una de las estrategias de marketing online más potentes al alcance de cualquier empresa. Tal como decimos, es una estrategia de marketing de contenidos, una técnica de marketing —y parte clave del inbound marketing— que apuesta por crear y distribuir contenidos de utilidad para aquellos que pretendemos que acaben pidiendo nuestros servicios o comprando nuestros productos. Es decir, el blog se dirige directamente a nuestro cliente potencial y/o nuestra comunidad. Esta técnica consiste en hacer que la información que compartimos con ellos sea de valor y, siguiendo el círculo del inbound, los atraigamos hacia nosotros. Y todo, sin necesidad de decir directamente que nuestra marca o producto es lo mejor —¡no estamos haciendo publicidad! Sencillamente, llegarán a esta conclusión por ellos mismos.
¿Y cómo hacerlo? A través de los artículos de nuestro blog. He aquí algunos de los beneficios del blog de empresa como herramienta de marketing online:
Tener un blog refuerza tu posicionamiento: como hemos dicho, Google valora muchísimo el contenido, y, todavía más importante, que este contenido sea nuevo. Cuanto más contenido nuevo tengas, más páginas indexará y más posibilidades tendrás de mejorar en los resultados de busca.
Como consecuencia de esto, el blog te aportará más tráfico. Y esto se traduce en más posibles clientes para «enganchar», o leads, que en un futuro se pueden acabar convirtiendo en clientes.
Es una fantástica herramienta para «escuchar» a tus usuarios y tu comunidad: pueden hacer comentarios, demandas y hacerte llegar sus necesidades. Fomenta la conversación a partir de tu blog y toma nota de todos los comentarios.
Ganarás reputación, confianza y autoridad. Una autoridad que tiene mucha importancia para Google, que tiene su propio ranking (Page Rank o PR), y por otras herramientas de medida, como los marcadores de Moz, Domain Authority (DA) o Page Authority (PA).
Así, reforzarás también tu branding o el valor de tu marca: es un trabajo de hormiga, del día a día, pero si aportas contenido de calidad, poco a poco conseguirás darte a conocer y, lo que es mejor, convertirte en una referencia.
Ya lo hemos dicho: el blog es una herramienta de promoción indirecta, por lo cual no es recomendable convertir tu blog en un espacio de autobombo. Ahora bien, sí que puedes hablar de tus nuevos productos, hablar del día a día de la empresa, de sus trabajadores, explicar historias de tus clientes... Cuanto más cercano seas a tu público objetivo, más engagement podrás obtener.
Esto quiere decir que el blog es una herramienta fantástica para fomentar el carácter humano de tu empresa. Detrás de toda marca hay personas, y esto a la gente le gusta mucho saberlo. No hace falta que tu contenido sea interesante para todo el mundo; fija los temas de interés de tu comunidad y audiencia y céntrate en ellos. Recuerda que estás intentando convertirte en una referencia.
El resto, lo hará el posicionamiento (¡recuerda trabajar el SEO de tus artículos!), las redes sociales y tus habilidades para hacer de tus lectores posibles clientes. Y así cerrar el círculo del inbound y hacer que tus clientes te recomienden, es decir, que se conviertan en prescriptores de tu marca.
Y si has leído hasta aquí, seguramente te interesará este otro post: Por qué funciona el blog de empresa.