Finalmente, en una escena de la película “El indomable Will Hunting” (Gus Van Sant, 1997) el personaje del veterano psiquiatra (Robin Williams) le pregunta a su joven paciente (Matt Damon) sobre si tiene alguna relación sentimental, si hay alguien especial:
-Sí ya sabes –le dice el psiquiatra-: alguien que amplíe tus horizontes, que te lance retos y con quien puedas establecer una relación íntima.
¡Ya la había encontrado! Me pareció una definición excelente de aquello que envuelve al objeto de nuestro amor, sea éste una persona, un proyecto vital o profesional. Se trataba de condiciones básicas sin las cuales un gran amor no puede darse.
Pero a mí todavía me faltaba algo en esta definición. Àngel, un amigo de la adolescencia con quien he pasado largas horas hablando del amor y sus tribulaciones, un día dio con la guinda del pastel: la admiración. Y sí, me pareció que completaba el cuadro, aquello a lo que amas siempre te despierta admiración. Ya teníamos nuestra definición perfecta del gran amor.
Y ¿qué tiene que ver esto con el inbound marketing? Mucho. A estas alturas ya te puedes imaginar que el inbound marketing me ha enamorado (y no soy el único), pero para saber si se trata de un gran amor veamos si se cumplen las condiciones en su caso:
- Amplía tus horizontes: el inbound marketing no sólo amplía los horizontes de todos aquellos que nos dedicamos al márqueting permitiéndonos hacer un márqueting que le guste a la gente gracias a una metodología innovadora y no intrusiva sino que además también amplía los horizontes de sus usuarios ofreciéndoles las respuestas, soluciones, sugerencias y consejos que necesitan en cada momento.
- Te lanza retos: una estrategia de inbound marketing empieza definiendo unos objetivos a alcanzar. Desde la definición de las buyer personas hasta el desarrollo de contenidos premium y su promoción a través de las redes sociales y el email márqueting, todo está enfocado a conseguir unos resultados sean éstos más visitas, más contactos o más clientes. Una campaña de inbound marketing se reta a sí misma constantemente buscando la consecución de metas y marcándose nuevas a alcanzar.
- Te permite establecer una relación íntima: el inbound marketing exige un alto conocimiento tanto de su metodología como del cliente. Para poder desarrollarse con todo su potencial el inbound marketing necesita conocer a fondo la empresa, su filosofía, sus objetivos, sus procesos de producción y venta, sus acciones de márqueting actuales, su competencia, así como los perfiles detallados de sus compradores potenciales. Con este conocimiento íntimo del cliente y su mercado el inbound marketing propone estrategias dirigidas y personalizadas que permiten concentrar y optimizar los esfuerzos en aquellos usuarios proclives a nuestro producto o servicio.
- Te despierta admiración: en un mundo sobresaturado de publicidad no deseada y con un público educado que la rechaza, el inbound marketing es un ejemplo de marketing amable y solvente, que demuestra que sí hay otra manera de acercarse al cliente sin molestarle, con respeto y ganando su atención. Cuando esté bien hecho, provocará que sean los clientes los que acabarán mostrando su admiración convirtiéndose en prescriptores de la marca o servicio.
Así que ya ves, en mi caso parece que esta historia será de aquellas que marcan época y eso que no acaba más que de empezar. Y yendo un poco más allá, creo que acierto al decir que el inbound marketing es una metodología que enamora, no sólo a todos los que la abrazamos y ponemos en práctica, sino también a los que la reciben.
¿A ti te ha enamorado el inbound marketing? Cuéntanos tu caso.
Si es que no, es muy probable que sea porque aún no lo conoces. ¿Quieres que te lo presentemos?
Una versión de este post fue publicada originalmente en el blog de HubSpot en español, el software todo en uno de inbound marketing.